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Vidriería de laboratorio: 5 tips esenciales

Buenas prácticas para mayor durabilidad y seguridad

La vidriería es uno de los elementos más importantes y delicados en cualquier laboratorio. Desde matraces y tubos de ensayo hasta buretas y vasos precipitados, su correcto uso y mantenimiento no solo garantiza resultados confiables, sino que también evita accidentes y pérdidas innecesarias. En este artículo, te compartimos consejos prácticos para cuidar la vidriería de laboratorio como todo un profesional.
1. Manipulación segura desde el primer momento. Antes de usar cualquier pieza de vidrio, asegúrate de inspeccionarla visualmente. Revisa si hay grietas, astillas o defectos que puedan comprometer su integridad. Nunca uses una pieza dañada: podría romperse con el calor o la presión y causar accidentes. Consejo adicional: sujeta instrumental de vidrio con pinzas o guantes apropiados cuando estén calientes o contengan sustancias corrosivas.

2. Limpieza adecuada y regular

La limpieza correcta de la vidriería evita contaminaciones cruzadas y alarga su vida útil. Usa detergentes específicos para laboratorio, esponjas no abrasivas y, si es necesario, soluciones de limpieza ácida o alcalina (con precaución).

– Lava inmediatamente después de usarla.
– Enjuaga con abundante agua destilada.
– Deja secar al aire boca abajo sobre una rejilla o papel absorbente, también puedes usar paneles de escurrido para secado.
– Evita limpiarla con objetos metálicos o abrasivos que puedan rayar la superficie.

3. Almacenamiento correcto.

Una vez limpia y seca, guarda la vidriería en un lugar libre de humedad, lejos de bordes o lugares donde pueda caerse. Usa estanterías con divisiones o cajas con compartimentos si es necesario.

Tip: etiqueta los recipientes según su uso o grupo químico para evitar confusiones y facilitar el trabajo del equipo.ntengan sustancias corrosivas.

4. Uso apropiado según el tipo de vidrio.

Existen diferentes tipos de vidrio, como el borosilicato 3.3, que resiste altas temperaturas y es resistente quimicamente (menos al acido fluorhidrico). No todas las piezas pueden ser calentadas directamente o usadas a presión como el vidrio soda o vidrio regular. Asegúrate de conocer y verificar las especificaciones de cada una.

Evita:
– Calentar vidrio común (vidrio soda) directamente sobre llama.
– Someter la vidriería a cambios de temperatura repentinos (choque térmico).

5. Reemplazo oportuno.

El desgaste es inevitable. Si una pieza se raya, agrieta o deforma, debe reemplazarse. Usar
vidriería en mal estado aumenta el riesgo de accidentes y errores experimentales.

Conclusión: invertir en cuidado es ahorrar a largo plazo

Cuidar la vidriería no solo es una cuestión de seguridad, sino también de eficiencia
económica. Con las herramientas adecuadas y productos de calidad, puedes prolongar su
vida útil y optimizar el trabajo de laboratorio.

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